POEMA ADIOS A LA MAESTRA
Almafuerte
Obrera sublime,
bendita señora:
la tarde ha llegado
también para vos.
¡La tarde, que dice:
descanso!…la hora
de dar a los niños
el último adiós.
Mas no desespere
la santa maestra:
no todo en el
del todo se va;
usted será siempre
la brújula nuestra,
¡la sola querida
mamá!
Pasando los meses,
pasando los años,
seremos adultos,
geniales tal vez…
¡mas nunca los hechos
más grandes o extraños
desfloran del todo
la eterna niñez!
En a los rostros
que amante conserva
la noble, la pura
filial,
cual una solemne
visión de Minerva,
su , señora,
tendrá su sitial.
Y allí donde quiera
la ley del ambiente
nimbar nuestras vidas,
clavar nuestra cruz,
la ha de alzarse
fantásticamente,
cual una suntuosa
gran torre de luz.
¡No gima, no llore
la santa maestra:
no todo en el mundo
del todo se va;
usted será siempre
la brújula nuestra,
¡la sola querida
segunda mamá!
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