FEDERICO BARRETO
¡Patria del corazón! La suerte un dia,
te hundio en el con furor la espada,
y hoy, abatida pero no humillada,
pareces un león en la agonia.
Antes, cuando dichosa te veia,
fuiste por mi con entusiasmo amada;
pero hoy, que veo que eres desgraciada
no te amo ya… ¡te tengo idolatria!
¡Oh! ¡Quien pudiera, Patria, quien pudiera
disipar las tinieblas de tu cielo
y sucumbir envuelto en tu bandera!
Yo, tal fortuna es todo lo que anhelo,
¡y que me echen de cara cuando muera,
para besar el polvo de tu suelo!
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